Hay fechas muy especiales. No son días cualquiera. No son solo una hoja o casillero más en el calendario. Son días muy esperados, tremendamente únicos para cada uno de nosotros. El cumpleaños, nuestra boda, el nacimiento de cada hijo, para los amantes de la número cinco el día en que nuestro equipo ganó aquel campeonato, ese viaje tan esperado, lograr el título por el que tanto estudiamos, quizás la partida de nuestra mamá o papá...
Son veinticuatro horas a puro recuerdo, a veces con deseos irrefrenables de festejar, otras con la íntima necesidad de recordar en silencio, muchas con una alegría inmensa, otra con una tristeza infinita. Queremos estar con la familia, con los amigos, celebrar juntos. O quizás estar solos, sumidos en la serena tranquilidad de la reflexión. Sea como sea, todas son "nuestras fechas". Las esperamos, las ansiamos, las disfrutamos y finalmente las atesoramos.
Así, de la misma manera que nos pasa a los humanos, a las instituciones también les llegan sus fechas trascendentales, aquellas que marcan un antes y un después sin ninguna duda. Son momentos institucionales que hacen a la misma esencia vital de la entidad.
El pasado primero de julio marco ese momento esencial para nuestra mutual. A todas luces no fue un día más. No paso simplemente pasando. Por que llegar al cincuentenario, bajo ningún concepto es poca cosa.
FOCOMEJ cumplió cincuenta años. Y los cumplió......cumpliendo. Cumpliendo con sus objetivos estatutarios, cumpliendo con sus obligaciones sin faltar a ellas nunca, cumpliendo con los requerimientos cada día mas exigentes por parte del estado y del sector mutual, pero fundamentalmente cumpliendo con quienes son el motor, el desvelo y la razón de seguir de la entidad: sus asociados.
Cincuentenario. Se dice rápido pero cuanta historia. Cuantos rostros de nombres conocidos y queridos que tiene es rica historia. Cada uno de ellos dejo su marca, su impronta y su deseo de progreso. Lo que inició allá lejos en el tiempo como una pequeña entidad, hoy es una pujante mutual que presta una singular cantidad de servicios de excelente calidad a una enorme cantidad de asociados dispersos por todo el país, con una conducción austera, exitosa, atenta a los permanentes cambios en el sector mutual, buscando sin cesar darles más y mejores beneficios a los asociados.
Es verdad que no hubo grandes festejos. La situación por la que se encuentra atravesando nuestro país amerita ser prudentes y cuidadosos. Apenas unas copas de champagne entre el personal y dirigentes, elevadas al cielo junto con los mejores deseos. Seguramente en los más veteranos, alguna lágrima también por tantos años de trabajo y esfuerzo coronados. Y por los que ayer nos acompañaron y hoy nos guían y cuidan desde el infinito. Cuantos nombres, cuantos rostros, cuantas historias......
Seguramente y por ley de la vida, la gran mayoría de nosotros no estaremos para festejar el próximo cincuentenario. Pero es nuestro deber, amigo lector, hacer todo lo que a nuestro alcance esté para que haya un centenario para nuestra querida mutual. Y si ello por las razones que fueren no resultase posible, entonces que nuestros nombres, nuestros rostros y nuestras historias sean recordados como hoy lo hacemos nosotros. Con la satisfacción del deber cumplido, el orgullo de haber pertenecido y el inmenso cariño por nunca haber bajado los brazos ni dejado de soñar con una mutual mejor.
Cumplimos cincuenta años. Vamos por otros cincuenta más. La carrera es larga. No me afloje amigo lector. No importa si usted y yo no llegamos. Lo intentamos. Pero si vamos todos juntos es más fácil seguir adelante.
Y cerrando, no podía faltar el brindis. Nuestro brindis. Así que salud por usted, salud por mi y por todo FOCOMEJ. Cincuenta años...quien lo diría, no?.
Hasta la próxima. -
por Alberto Ricardo Lupo