Boletín Informativo
Ernesto Orlando Peluffo
¡Un abrazo patriótico malvinero celeste y blanco!
19 de Abril de 2022


"Cuando sucedió lo de Malvinas, estaba el Regimiento 12 de Corrientes movilizando a la gente, cuando me convocaron para ir; soy correntino, de familia correntina, hice toda la carrera militar llegando al grado de Coronel y luego volví a mis raíces, al campo, estar con mi familia nuevamente".

Se cumplieron justo los 40 años de la Guerra de Malvinas

"Malvinas fue un jalón que me marcó la vida; mi carrera militar y hasta tengo una cicatriz, porque recibí un balazo en la cabeza que pasó fuera del casco, me sacó la punta de la oreja y también una esquirla de mortero en la pierna.

Manejar el miedo es muy difícil; solo con la capacidad profesional; con la confianza; la fe en Dios; el convencimiento en la causa por la cual se lucha. También la responsabilidad que uno siente sobre sus subordinados o sus subalternos; con eso se maneja el miedo y actuando, por qué el valiente es aquel que vence el miedo y actúa; en cambio el cobarde no puede vencer el miedo y se queda paralizado.

A veces se potencia la valentía, la persona se quiere convertir en superhéroe; y eso es tan peligroso y temerario como el cobarde; en cambio el valiente es el que siente el miedo, pero lo hace actuar, lo hace reflexionar, lo hace pensar y va resolviendo situaciones".

Otra historia comenzaba

"Ya era cadete de 4º año del Colegio Militar cuando me llevaron a Malvinas; tenía 20 años, pero en el Colegio Militar se madura rápido.

Hay mucha diferencia entre un cadete del primer año y un cadete de cuarto año; aunque, entre primer año y tercer año ya hay una maduración importante y cuando llega uno a cuarto año se va transformando en un oficial porque es un instituto de selección; de perfeccionamiento; de capacitación.

La Compañía C25 cruzó sin casco a Malvinas. Seineldín era el Jefe de Regimiento; no proporcionó casco a sus soldados porque pretendía "velar" la operación y no quería completar sus equipos con otras unidades para no descubrir lo que se iba a hacer. Él fue el que desembarcó el 2 de abril de 1982 en Malvinas, iba con una Compañía completa de 180 soldados, fueron con boinas y pasamontañas nada más. A uno de estos soldados yo le di mi casco al quedar herido".

Quién apoya a quién

"Lo que se planificó fue la "Operación Rosario para la Recuperación de Malvinas" y el resto de la guerra se improvisó mucho, fue todo improvisado porque en ese momento el gobierno militar pensaba que los ingleses no iban a venir y que los EE UU nos iba apoyar nosotros. Y fue todo lo contrario, los ingleses vinieron y EE UU los apoyó.

Movilizaron a la flota más grande después de la segunda guerra mundial, con más de 100 barcos y buques de guerra, con aviones, con submarinos, con dos brigadas de infantería de marina, con paracaidistas. Se vinieron con todo eso al Atlántico Sur.

Fue un error del alto mando, ya que se debió conocer el espíritu británico y la historia de Gran Bretaña que es un imperio; está todo en el himno británico dice más o menos "Britania, Britania, alrededor de las olas del mundo".

Como no van a cruzar el charco para venir a recuperar Malvinas contra un ejército sudamericano, inferior, no preparado y de conscriptos; cuando ellos eran un ejército profesional, preparado, tropa elite de la OTAM, no se dejaron mojar la oreja, no se dejaron tocar la cola, el león británico se dio vuelta y pegó un zarpazo".

Por qué damos testimonio

"Ninguno de nosotros éramos "los chicos de la guerra", como se suele decir, éramos todos soldados que nos sentíamos hombres y defendimos nuestra patria; hicimos el máximo y nuestro mejor esfuerzo, con total entrega.

A lo largo de estos años la versión oficial quiso destruir todo lo que hicimos en Malvinas y el revisionismo histórico quiso desprestigiar y sigue queriendo desprestigiar y destruir a nuestro ejército. Trata a los soldados como "chicos de la guerra"; trata a los oficiales como si fuéramos torturadores de los soldados; y los oficiales teníamos dos o tres años más que los soldados y los suboficiales eran más grandes que yo, algunos tenían 22 años o 23 años; los soldados tenían 18 o 19 años; y yo tenía 20; éramos todos jóvenes porque nuestro ejército era así. Damos testimonio porque lo vivimos y se debe dejar constancia de cómo fue esa realidad.

Sin embargo, la otra cara de la moneda, es que todo este tiempo, en 40 años, me han llamado mucho y uno vuelve a contar una y otra vez la gesta de Malvinas; uno se queda ahí, viviendo en el "Pozo del Zorro" y retrocede al pasado y hay que seguir adelante, ya que el presente es el momento para la vida.

Los veteranos tenemos que dar vuelta a la página y seguir porque si no se eterniza el estrés postraumático. Yo pude hacerlo, mi vida continúa, pude ser papá, terminar mi carrera y llegar hasta coronel. Pero siempre me duele volver atrás. No quiero mucho volver a los recuerdos".

Estar en el frente era poner el pecho a las balas

"Participé del combate de Darwin el 28 de mayo de 1982 uno de los combates más cruentos de Malvinas, muy violento porque fue diurno, nos veíamos con los británicos y llegamos a tirarnos en distancias cortas a los 50; 60 ó 70 metros de distancia.

Cuando me hirieron, le di mi casco a un soldado que no lo tenía, que por suerte le salvó la vida. Se puso el casco, siguió abriendo fuego con un fusil automático pesado conque estaba tirando y por ahí entra al fondo del pozo y me dice "mire mi Subteniente, ya tiene otro tiro en su casco". Le habían pegado un tiro en la parte superior del casco en donde a él no le penetró; a mí sí ya que le pegaron en el borde del mismo casco, que se perforó y me rozó el cráneo; en cambio a él, el tiro le pegó muy arriba entonces fue nada más un roce en el casco que lo abolló.

Yo vivía con los soldados en el mismo pozo; antes de eso compartíamos carpa constantemente, compartíamos las posiciones; nos relevábamos. En Malvinas nos poníamos a espalda con espalda para darnos calor; en un determinado momento hacía mucho frío; empezábamos a tener principio de "pie de trinchera" ¿qué hacíamos? uno se sacaba los borceguíes, el otro se abría el gabán de combate hasta la camiseta y le ponía el pie adentro y lo calentaba, con su cuerpo.

Así éramos, como un equipo de fútbol, donde todos nos apoyábamos; todos estábamos viviendo la misma situación; todos pasábamos hambre; comíamos en Malvinas a partir del 1º de mayo una vez por día, porque se restringieron los víveres y racionamiento por el bloqueo británico y se empezó a cuidar todo lo que había, porque no se sabía cuánto tiempo íbamos a estar y entonces bajamos muchos kilos.

Yo no pesaba 115 kilos como ahora, de cadete tenía unos 80 o 82 kilos siempre fui muy grandote, pero bajé 24 kilos en Malvinas cuando me pesé, ya después de haber comido varios días en los buques hospital, me pesaron en Bahía Blanca y tenía 24 kilos menos".

Como viven los soldados en un "Pozo del Zorro"

"Los "pozos de zorro" que así se llaman en forma reglamentaria, los cavábamos con lo que teníamos, algunas palas, sable, bayonetas, machetes, artillería, cascos y con todo eso cavábamos; usábamos todo lo que teníamos a mano para cavar.

Los pozos reglamentarios eran de 2 metros de frente por 70 centímetros de ancho, pero los hacíamos dobles, más grandes, de cuatro metros por un metro, para poder vivir ahí; ahí dormíamos y comíamos; le hacíamos una cubierta superior con algunas chapas que conseguíamos y allí nos refugiábamos del frío; encendíamos turba adentro o algún candil; estábamos todos tiznados de ceniza y humo, súper sucios; no nos bañábamos y así estuvimos 34 días; nos higienizábamos un poco con el agua misma de la maniobra, nos lavábamos los dientes, un poco la cara. Nos cambiábamos de ropa, mientras tuvimos ropa para cambiarnos".

La orden de "alto el fuego" en mi Sección

"Cuando me pegaron el tiro en la cabeza intenté pararme y alentaba a los soldados. Primero yo recibo una esquirla de mortero en la pierna, estaba tirando afuera del pozo y ahí sí, seguí combatiendo; después recibí el tiro en la cabeza y ya estaba muy mareado. Entonces entregué mi casco; mi pistola; mi equipo de campaña a otros soldados y los alentaba, pero yo estaba malherido, entonces no pude seguir combatiendo.

Mi Sección tenía 35 soldados y 5 suboficiales aproximadamente, un Subteniente es jefe de Sección de Infantería y yo ordené el alto el fuego en mi Sección. Estaba combatiendo conmigo la Sección del Teniente Estévez y antes de ordenar el alto del fuego pedí parte con él y me gritaron de los pozos de al lado que estaba muerto.

Se me llenó la cabeza de preguntas ¿qué hacía? Los ingleses nos intimaban la rendición en español y en inglés desde hacía rato; y nosotros seguíamos combatiendo; yo estaba herido, no podía conducir la defensa, el Teniente que era mi superior inmediato que había contra atacado desde la retaguardia y había llegado a mis posiciones había muerto.

No sé de qué modo pude resolver todas estas cosas. Yo vi que no teníamos más posibilidades de éxito en la defensa, que cada vez que salíamos de los pozos nos mataban uno a uno. Intenté pararme, pero cuando vi que estaban reduciendo a los pozos cercanos y que ya los ingleses habían iniciado el asalto, no podíamos tirar en esa dirección porque había soldados nuestros que estaban siendo tomados prisioneros; así fue que un rato antes yo había recibido un tiro en la cabeza y ya no tuve dudas, hasta ahí llegamos, porque tenía que salvarle la vida al resto de los soldados. Y ordené el "Alto el Fuego".

Lo primero es la salud

"Primero me llevan al Hospital de San Carlos que era el hospital de campaña británico y ahí me hacen una acción preventiva quirúrgica, después me transbordan a un barco de la Cruz Roja Internacional llamado "Uganda" en altamar y nos llevan en helicóptero al "Bahía Paraíso".

El Bahía Paraíso" era un Buque Hospital Argentino que nos llevó a Puerto Belgrano cerca de Bahía Blanca, donde me operaron. Desde allí hablé por teléfono con mi padre, avisé que estaba herido pero que estaba bien; yo era soltero en ese momento.

La herida de la pierna con la esquirla de mortero no me dejó secuela porque era una esquirla muy chiquita; la esquirla es un pedazo de hierro incandescente que vuelan a 360 grados y penetra por impacto en el cuerpo, lo quema a uno, yo sentí un ardor terrible en la pantorrilla hasta que se enfrió adentro del cuerpo y quedó ahí, Los médicos en estos casos no la sacan porque producen más daño al extraerla, que dejarla y que se enquisten".

Las preguntas del "día después"

"Me hacía un montón de preguntas. Por una parte, me sentía muy afortunado de haber sobrevivido, y me fui dando las respuestas de por qué sobreviví. Quise seguir en el Ejército para ser un mejor soldado y que no nos vuelva a pasar lo que nos pasó en Malvinas; seguir siendo un buen oficial y buen profesional. Después me casé, tuve hijos y pensé que este era un buen Plan de Vida y quise ser un buen padre y un buen marido y ahora un buen abuelo.

También para dar testimonio; entonces durante estos cuarenta años lo hice siempre, contar lo que me pasó para que se valore el esfuerzo y sacrificio de nuestros soldados".

Ahora decimos los héroes de Malvinas

"Hubo un proceso de desmalvinización primero, que costó muchos años revertirlo, porque el mismo gobierno militar nos ocultó; tuvo vergüenza de nosotros, no nos mostró a la sociedad, ni al pueblo, ni nada y no se valoró nuestro esfuerzo y sacrificio; después de mucho tiempo eso se fue revirtiendo".

Un mensaje a la sociedad

"Diría que Malvinas, es la única y verdadera causa nacional.
Malvinas es la Patria.
Malvinas es haber peleado por una parte de nuestra Patria.
Malvinas duele. Malvinas es una deuda pendiente.

Es un objetivo irrenunciable del Pueblo de la Nación Argentina y está plasmado en nuestra Constitución Nacional en la primera enmienda, como un objetivo del pueblo para la recuperación de la soberanía.

La Argentina se puede sentir orgullosa de sus guerreros de Malvinas, porque ante la segunda potencia mundial, apoyada por la primera, combatimos, le hicimos frente, le produjimos bajas y no fue gratuito venir a tomarlas.

Sabemos y eso también lo saben los británicos que, pasando nuestro testimonio, habrá algún día generaciones futuras nos van a llevar de vuelta a Malvinas.

¡Un abrazo patriótico malvinero celeste y blanco!"





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