Si a alguien le gusta mucho la mutual ¡cómo no va a querer ser representante!
Sobre todo, si uno tiene esas ganas de trabajar en función de los compañeros. Los servicios y beneficios que brinda la Mutual son para nosotros; pero también para nuestros compañeros y se tiene que pensar de esa manera. Todos pretenden a su momento tener los mismos beneficios que sus predecesores.
Ser Representante es un servicio a los demás
Empecé en el año 1980 como representante, mi antecesor estuvo durante ocho años y después ingresé yo y los dos fuimos los únicos representantes a excepción de un año en que quedé como suplente, pero después continué hasta el momento y siempre en el Liceo Militar General Belgrano. Estuve como Personal Civil en distintas secciones y terminé como Jefe de la Oficina de Personal Civil y docente como profesor en Ciencias Naturales.
El anterior representante me señaló como su sucesor y a partir de ahí me entregó toda la documentación en una carpeta con todas las notas a la Mutual que se hicieron en sus ocho años de delegado; también los Estatutos, los Reglamentos y me habló de la relación de amor que genera la mutual. Esto fue en 1980 y para mí siempre fue así. A partir de ahí, viajamos a Buenos Aires al momento de la Asamblea anual.
Para mantener una relación fluida con la mutual no existía la tecnología de hoy; todo era por notas que tenían su tiempo en llegar a Buenos Aires y su tiempo para recibir la respuesta. Se cultivaba la paciencia. Yo remitía todo lo que los socios pedían, sobre todo las ayudas económicas; los subsidios; y lo sigo haciendo como representante actualmente.
Como docente me facilitaba el contacto tanto del Personal Civil y también con los demás docentes, porque se daba en muchos casos que el representante no puede llegar a determinados estamentos en función de la categoría que tenga.
En mi caso, no tuve ese drama. He sido Secretario Suplente; he estado en distintos puestos que me permitían llegar fácilmente a la dirección para tener acceso a la firma de un superior que en ese momento se exigía, era dificultoso. Actualmente cada uno puede firmar la documentación por sí mismo.
En el Consejo Directivo
En el 2002 entré como suplente a lo que era el Órgano Fiscalizador de la Mutual y en el 2003 ya formaba parte como miembro del Consejo Directivo; por distintos cambios y reemplazos de autoridades se fueron dando esas condiciones y de ahí en más de 2003 en adelante estuve en el Consejo como Secretario de Actas y después pasé como Tesorero y ahora soy Secretario.
Estuve en las buenas y en las malas, porque hubo buenos y malos tiempos, sobre todo cuando se sacó la obligatoriedad de ser asociado, que era una condición que impuso el Ejército. En un primer momento el Ejército dispuso de un aporte importante en dinero y también se hacía cargo de los 26 empleados y que funcionaba en la Contaduría de la Fuerza en la calle Piedras 141 de C.A.B.A., dónde teníamos nuestra sede y ahí hacíamos las primeras reuniones durante los primeros nueve años.
Ya en 2003 estábamos gestionando a ver dónde podríamos comprar lo que fue luego nuestra actual sede, nos jugamos y tuvimos nuestro lugar propio para funcionar.
Quisiera que la mutual siga para siempre
En mi sentimiento, yo quisiera que esta Mutual siga para siempre, todo el tiempo que se pueda, pero hay una realidad y es que los asociados cada vez van a ser menos, porque el Estado ha congelado las vacantes y de ahí en más todo aquel que se jubila no se le cubre su puesto, salvo casos especiales, en hospitales militares, o los casos de mecánicos de un avión naval; pero el empleado; el plomero; el electricista no se los cubre. Por eso decimos que la Planta del Personal Civil del Ejército es un "animal en extinción".
Hemos ido modificando los Estatutos a los efectos de recepcionar socios activos que no sean solo personal del Ejército; socios adherentes; socios adherentes aportantes; socios adherentes especiales o sea una distinta categoría de socios que permiten que otras personas que no sean Personal Civil del Ejército también puedan hacer uso de los beneficios que da la Mutual.
Yo lo que diría a las nuevas generaciones es que piensen en lo que la mutual puede brindar, porque se ha dado el caso de gente que se asociaba porque se estaba por casar, cobraban el susidio por casamiento, por nacimiento y luego renunciaba porque no tenía una visión de futuro. Es la misma gente que cuando menos lo piensa, ya está jubilada.
Los beneficios del Fondo Complementario
Tuvimos un momento de reparto y ese complemento alcanzaba prácticamente al ciento por ciento del sueldo. Eso fue un tiempo porque luego empezó el sistema de capitalización que hacía que la actividad de la sociedad mutual iba incrementando los beneficios.
La Mutual llega a los 50 años y hemos pasado por diversas situaciones como consecuencia del accionar generalmente del gobierno y hubo contradicciones, pero los sucesivos Consejos Directivos siempre buscamos el modo de seguir adelante, pese a las graves problemáticas y espero que así lo hagan los que nos sucedan a nosotros.
Cuando se consigue enderezar el rumbo siempre alguien de afuera pone un palo en la rueda y hay que empezar con una nueva ingeniería para seguir adelante.
Conclusión
Mirando para atrás, de todos los representantes que nos reunimos para las Asambleas, hay ocho que no están entre nosotros; pero siempre los recuerdos son gratos de todo lo que hemos vivido. También es muy lindo reencontrarnos personalmente porque hasta ahora llevamos dos Asambleas virtuales y no es lo mismo que estar de forma personal. Necesitamos vernos, los abrazos, y contarnos las vivencias propias de cada uno en su lugar de origen. Esperamos vernos en forma presencial cuando cumplamos los 50 años.